Claro, el Huaychaca y su puente de cal y canto y su arquería. Cuando nuestros caballos, muy agotados ya después de caminar por 7 horas desde la Yeguada, llegaban hasta allí se alegraba el corazón, aún cuando inmediatamente después se encrespara, como un reto final, la Salisipuedes, luego de ella ¡Santiago!, con sus luces mortecinas como una galaxia triste al decir de Ribeyro. Un abrazo. Un abrazo emocionado como tenía que ser, a la orilla de tu río, mi río, nuestro río Huaychaca. Angel
Claro, el Huaychaca y su puente de cal y canto y su arquería. Cuando nuestros caballos, muy agotados ya después de caminar por 7 horas desde la Yeguada, llegaban hasta allí se alegraba el corazón, aún cuando inmediatamente después se encrespara, como un reto final, la Salisipuedes, luego de ella ¡Santiago!, con sus luces mortecinas como una galaxia triste al decir de Ribeyro. Un abrazo. Un abrazo emocionado como tenía que ser, a la orilla de tu río, mi río, nuestro río Huaychaca. Angel
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